Después de escribir la entrada anterior, procuré dormir y creo que algunas horitas pude, hasta que, por supuesto sonó el despertador. Eso marcaba que tenía que despertarme subirme a una combi que me llevaría hasta Capital y recién ahí divagar un poco por sus calles locas con gente apurada y llegar a ese lugar donde me estaban esperando.
La espera hasta mi turno fue en PARTO con todas las letras, sumándole el calor, que el aire acondicionado del edificio no andaba y que mis cachetes eran más que rojos.
Dijeron mi nombre, me paré, camine hasta la puerta, le dije a mis compañeros crucen los dedos y me mandé como pude. Me empezaron preguntando hasta que tome la delantera y empecé a hablar y hablar, me frenaron, porque sino seguía eh!
Y bueno, ya pasaron unos días! Hay una nueva Técnica de Hotelería y Turismo rondando por el mundo, sí soy yo!
Hace 2 años
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