lunes, 20 de junio de 2011

El regreso de los muertos vivos II

Después de esto, me lo encuentro casualmente en una fiesta, y como nunca, quería hablar. Yo estaba como en un estado de "no se que querés y no tengo ganas de que me hagas mal".

Hablamos un poco de la vida, un poco de nosotros. Me confesó que a uno de sus amigos no le convence la idea de que él "este" conmigo, porque soy muy pendeja, yo creo que 4 años no son muchos. Pero, aún así, estaba hablando ahí, conmigo, adelante de todos.

Me dijo que me quería, le dije que yo también. Me preguntó si seguía siendo la misma, le dije que sí, pero que había crecido. Me dijo que necesitaba más de mí, accedí con un bueno. En un momento me dice, no me mires, no puedo hablarte me intimidas.

Estábamos un poco incómodos así que, íbamos a irnos juntos para seguir la conversación en un lugar más tranquilo y sin bochinche. Nos ibamos sabiendo que no ibamos a practicamente. LLegamos a una de las puertas y me dice vamos a bailar? lo agarre de la mano y le dije que sí. Estaban mis amigas ahí les guiñé el ojo, me acerque de adecirle algo. Cuando me doy vuelta tenía a Martín diciendome, "ves siempre es lo mismo".

Esta de más decir que se fue, y yo tenía ganas de ir a buscarlo y gritarle un poco, pensé dos veces, seguí ahí con mis amigas bailando hasta que nos cortaron la musica.

Estoy pensando que a veces le chifla el moño o estoy haciendo algo mal.